miércoles, 14 de diciembre de 2022

3er Congreso Internacional de Circo Tradicional

Los empresarios y aristas del circo tradicional se dieron cita en la ciudad de México para celebrar el 3er Congreso Internacional de Circo Tradicional, con la presencia de países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, donde el punto central de los discursos fue en el sentido de crear la unidad en la comunidad de circo y la importancia de que se de continuidad a las gestiones para que el circo sea reconocido como patrimonio cultural de la humanidad.

Por México, La señora Silvia Fuentes Gasca fue la promovente del congreso, quien contó con el apoyo de la señora Hortensia Esqueda, y así fue reconocido con una ovación. El coordinador general fue José Arturo Sánchez Monterrubio, fan número uno del circo, y la logística a cargo de Justo Gabriel Hinostroza Ibargüengoitia, Walter Fuentes Gasca para atención de la infraestructura, Judith Fuentes se hizo cargo de las exposiciones, y la señora Gina Vázquez, para la entrega de reconocimientos con los que fueron galardonados algunos de los asistentes, grandes leyendas del circo tradicional.

El tercer congreso es la continuidad de la iniciativa que inició en Chile el señor Joaquín Gastón Maluenda Quesada, actual productor y director del programa La Leona, noticiario de circo con un canal en YouTube. El primer congreso se celebró en Chile, el segundo en Brasil, la tercera edición en México y en agosto 2023 tendrá lugar en Perú. 

El circo y su comunidad, al ser uno de los motores de la economía, pues la cultura representa casi 3% del PIB de los países, merecen el apoyo de las leyes mexicanas. Un primer paso debiera ser el reconocimiento como patrimonio cultural de la humanidad, actividad en la que se ha involucrado en México de manera profunda Judith Fuentes.

Dicho reconocimiento podría significar la protección de las leyes y recursos internacionales para su preservación, bajo ciertas condiciones que marca la UNESCO.

Quien ya lo logró en Chile es María Elena Andrich -autora del libro Gitanos Circenses, donde recopila el aporte de los gitanos en distintos confines del mundo al circo, en particular la familias de Chile-, quien instó a la comunidad a apoyar la iniciativa.

En su exposición explicó: Es muy importante el que toda la comunidad de circo  formada por empresarios, artistas, trabajadores, apoye la solicitud de reconocimiento del Circo como patrimonio cultural de la humanidad, pues  cumple con los criterios de oralidad (transmitido de padres a hijos), artes del espectáculo, rituales (de iniciación, de composición del espectáculo, de la vida social de los artistas), saberes (pues se trata del conocimiento acumulado con la experiencia, no sólo de los pueblos originarios) y técnicas artesanales (vestuario, maquillaje y montado de carpas), si no están presentes todos difícilmente se va a lograr.

Si bien el evento de cierre se realizó en Los Pinos, lo cierto es que no estuvo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sino la directora de Culturas Populares y Urbanas, Carmen Ruiz.

A lo largo de los discursos del congreso se escuchó muchas veces la palabra unidad. Por tanto, Para generar unidad hay que pensar en unidad, hay que llamarse comunidad del circo sin adjetivos ni clasificaciones, pues finalmente los maromeros de ayer, son la cuarta o quinta generación que hoy forma a la comunidad de empresarios de circo, les ha costado mucho tiempo, esfuerzo, aprendizaje, trabajo.

En cualquier rama productiva existen cuatro niveles: los que trabajan para sobrevivir, los que son considerados artesanos, los que constituyen una pequeña empresa y la gran empresa. Hay un lugar y un espacio de trabajo para cada uno. No obstante, todos conforman un ecosistema productivo, una comunidad, y es importante que existan para cubrir ciertas necesidades de acuerdo a ciertos públicos.

Queda muy claro que los empresarios de circo tienen un lugar propio que nadie les puede arrebatar, pues tienen el tesón, la experiencia, el compromiso, la convicción de continuar con sus negocios.

Nadie se para en una esquina y se queda una hora viendo al artista callejero y le paga 200 pesos. Por tanto, no son competencia del empresario de circo. Sin embargo, los artistas callejeros mantienen vivo el asombro y reconocimiento que siempre provoca en el público la destreza del logro circense.

Reconocerse y asumirse como una comunidad de circo (empresarios, artistas, trabajadores, fans e independientes) permitirá dar fortaleza a la comunidad al ser firmantes de la solicitud de reconocimiento de las artes de circo como patrimonio cultural.

El circo es el único espacio humano que queda en el mundo, frente al embate de la tecnología. En el circo un ser humano ve a otro como él logrando lo imposible. Esa visión humana es el sentido de la evolución y la vida. El circo, por supuesto, tiene que evolucionar e innovarse, sin perder sus raíces por ningún motivo.

Hay que incorporar la tecnología en el espectáculo bajo carpa, de manera inteligente, pero como complemento no como elemento central de la función, para que siga siendo el ser humano el centro de la función y de las emociones que mueve en el público como arte demostrativo.

Afortunadamente, por un lado, y desafortunadamente, por otro, el circo ha caminado solo, haciendo del arte y el espectáculo una forma de vida.

Esto ha ocasionado que no se le reconozca en todo lo que vale por su contribución como empresa productiva, ni su aporte al enriquecimiento cultural del país, por su participación en el arte y al espectáculo, ya que la cultura es la interacción entre los seres humanos representado por formas simbólicas que dan espacio a la construcción de nuevas realidades en el ser, en el hacer, y en el conocer.

Por tanto, el arte de circo debe ser pensando en esa interacción cultural con el público, cuando esta condición se cumpla, se recuperará con mucha fortaleza el interés del público por regresar a la carpa.

Las buenas intenciones o los sueños por si solos no se cumplen, es conviente que en el futuro los empresarios de circo se den la oportunidad de tomar acuerdos y asentarlos en un acta, donde se establecieran acciones, plazos y condiciones que los acerquen a las metas que pretenden, ya sea como solicitud a la autoridad o como tareas en comisión para lograr.

Asimismo, es necesario establecer políticas claras de participación en la comunidad de circo, votadas por una asamblea que permita en lo futuro tomar acuerdos. Esto contribuiría a dar las garantías para asegurar la equidad y la unidad tan ansiadas.

 

La función de divulgación del circo debe continuarse

Hoy retomo las publicaciones con el fin de contribuir a crear vínculos de conocimiento y reconocimiento dentro de la comunidad circense y su público de 5 a 80 años, que necesita nutrirse de la emoción y la alegría que sólo el circo y sus artistas pueden brindarle.

Soy Mireya Ramírez Martínez y, aunque no lo parezca, yo también soy gente del circo.


Mi padre fue ilusionista en 1930. Yo nací 30 años después de eso. Hoy mi hijo, Alfonso Elías Tapia, realiza un acto de escalera libre con el que va emocionando al público.

La vida me dio la oportunidad de conocer a Julio Alberto Revolledo Cárdenas, con quien me unió una larga amistad por 38 años, donde las historias en torno al circo fueron la parte principal de las conversaciones.

Una vez que Julio Revolledo se unió a la Universidad Mesoamericana para ser director de la Licenciatura en Artes Escénicas y Circenses Contemporáneas me convertí en la vocera extraoficial para escribir los comunicados que contribuyeran a ampliar la cultura sobre el circo en México.

Desde mayo de 2019, el blog quedó en suspenso, a manera de duelo y en espera de que quienes tuvieron a su cargo la dirección de la licenciatura pudieran tomar las acciones correspondientes. Ahora vamos a recuperar las historias.

La vida sigue, el circo sigue… la función debe continuarse.